jueves, 14 de febrero de 2008

Llorar a lágrima viva

Llorar a chorros
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.

Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología,
llorando.

Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.
Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.

Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.
Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día

Oliverio Girondo

domingo, 10 de febrero de 2008

Oda a Walt Whitman

(...) Tú buscabas un desnudo que fuera como un río,
toro y sueño que junte la rueda con el alga,
padre de tu agonía, camelia de tu muerte,
y gimiera en las llamas de tu ecuador oculto

Porque es justo que el hombre no busque su deleite
en la selva de sangre de la mañana próxima.
El cielo tiene playas donde evitar la vida
y hay cuerpos que no deben repetirse en la aurora.

Agonía, agonía, sueño, fermento y sueño.
Éste es el mundo, amigo, agonía, agonía.
Los muertos se descomponen bajo el reloj de las ciudades,
la guerra pasa llorando con un millón de ratas grises,
los ricos dan a sus queridas
pequeños moribundos iluminados,
y la vida no es noble, ni buena, ni sagrada

Puede el hombre, si quiere, conducir su deseo
por vena de coral o celeste desnudo.
Mañana los amores serán rocas y el Tiempo
una brisa que viene dormida por las ramas. (...)

Fragamento de "Oda a Walt Whitman" de Federico García Lorca

viernes, 8 de febrero de 2008

LA MUERTE, EL AMOR, LA VIDA...

Creí que me rompería lo inmenso lo profundo.
Con mi pena desnuda, sin contacto, sin eco,
me tendí en mi prisión de puertas vírgenes
como un muerto sensato que había sabido morir.
Un muerto coronado sólo de su nada ...
Me tendí sobre las olas absurdas del verano
absorbido por amor a la ceniza.
La soledad me pareció más viva que la sangre.
Quería desunir la vida,
quería compartir la muerte con la muerte,
entregar mi corazón vacío a la vida
borrarlo todo, que no hubiera ni vidrio ni vaho...
Nada delante, nada detrás, nada entero.
Había eliminado el hielo de las manos juntas,
había eliminado la osamenta invernal
del voto de vivir que se anula.
Tú viniste y se reanimó el fuego,
cedió la sombra el frío,
aquí abajo se llenó de estrellas
y se cubrió la tierra.
De tu carne clara me sentí ligero...
Viniste, la soledad fue vencida,
tuve una guía sobre la tierra y supe
dirigirme, me sabía sin medida,
adelantaba ganaba tierra y espacio.
Iba sin fin hacia la luz ...
La vida tenía un cuerpo, la esperanza tendía sus velas
promisoria de miradas confiadas para el alba.
De la noche surgía una cascada se sueños.
Los rayos de tus brazos entreabrían la niebla.
El primer rocío humedecía tu boca
deslumbrando reposo remplazaba el cansancio.
Yo amaba el amor como en mis primeros días.
Paul Éluard

jueves, 7 de febrero de 2008

La duda eterna

Hoy de nuevo me levanto dudando. Dudo de todo, de mi exitencia, de la tuya, de si soy mejor o peor persona. Dudo de la racionaliadad, de la objetividad. Dudo del ser humano en general. Pero la duda que más nervioso me tiene, es la de no saber que hacer contigo. Voy del suelo a las pasiones, y me duele, me cansa ese subir y bajar. A ti te veo impávido, inamovible, racionalmente en tu lugar, manteniendo tu posición. Controlando tus sentimientos, tus ganas, tus manera de moverte, mientras que yo me ahogo en una cortina de humo que solo huele a dudas.. No sé qué debo hacer, se supone la duda me ayude, pero creo que no es posible, y no te quiero preguntar, ayer me lo dijiste todo. Controlar los sentimientos. Cuándo aprenderé.

martes, 5 de febrero de 2008

Toque de queda

Que íbamos a hacer, la puerta estaba bajo guardia
Que íbamos a hacer, estábamos encerrados
Que íbamos a hacer, la calle habían cerrado
Que íbamos a hacer, la cuidad estaba bajo custodia
Que íbamos a hacer, ella estaba hambrienta
Que íbamos a hacer, estábamos desarmados
Que íbamos a hacer, al caer la noche desierta
Que íbamos a hacer, teníamos que amarnos

Paul Éluard

lunes, 4 de febrero de 2008

La búsqueda

Apenas comienzo,
pero,por mi parte,
ya séque lo peor no es la desazón
que produce esa incertidumbre.

Lo peor,
es el desasosiegoque produce saber
que la tuve alguna vez…
y hallarme ahora,
absurdamente,
en esta búsqueda.

Julio Cortázar
Capítulo 1. Rayuela

Patriotas que se envuelven en banderas

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